Entre morir y no morir...
“Entre morir y no morir…”
“Me decidí por la guitarra”, así dice el verso de Neruda que
viene hoy al caso respecto de dos noticias que en la última semana llamaron mi
atención.
La primera de ellas, la muerte del escritor y ex líder del
68, Luis González de Alba pensador iconoclasta y crítico de quien disfrutaba
enormemente sus textos. Muerte decidida y planeada por él mismo en la fecha de
la conmemoración, el dos de octubre, cuando decidió quitarse la vida por medio
de un tiro al corazón.
La segunda, el caso de Norma Bauerschmidt, anciana
nonagenaria estadounidense, que al enterarse a los 91 años que tenía un cáncer
de útero para el que se le ofreció una quimioterapia y una operación; prefirió
dedicar los últimos días de su vida a viajar por los Estados Unidos en compañía
de su hijo, su nuera y su perro.
En estas estas dos historias, y muchas más, nos enfrentamos
a la pregunta por el derecho del ser humano respecto de su vida. Debate difícil
sin duda y al cual no es posible responder con absolutos. Las religiones -en
tanto moralidades- lo consideran inadmisible. La vida es algo dado al hombre y
de lo cual no puede disponer. Pero fuera del ámbito religioso en que se ejerce
la ciudadanía y la vida humana, el ámbito de la laicidad. Nos permite enfrentar
esta pregunta para la cual sin embargo no puede haber respuesta unívoca.
Pensar la vida como un valor absoluto es una postura
religiosa. Sin embargo, el hombre en su propia reflexión puede considerar que
su vida no sea una vida que valga la pena prolongar cuando el sufrimiento o las
razones para vivir ya no se encuentren presente.
Sostener una oposición entre el bien y el mal en cuanto
absolutos es una falacia. Lo que la reflexión ética nos muestra es que
generalmente este tipo de decisiones no se dan entre EL BIEN, así con
mayúsculas, y EL MAL, así también con mayúsculas, si no entre dos males. Cuando
morir es obviamente malo, pero continuar vivo puede ser más malo aún.
En este punto lo que vemos en las decisiones de estas dos
personas es esa disyuntiva. González de Alba aquejado de un trastorno genético
que poco a poco se iba agravando y que le impedía paulatinamente vivir a su
modo, y la anciana Mrs. Bauershmidt quien ante la disyuntiva de una vida ya en
su ocaso, atrapada en dolorosas terapias que habrían a lo sumo añadido uno o
dos años de dolor y sufrimiento –una vida que no quería para sí- decide irse de
viaje. Ultimo acto de libertad posible. Elegir la propia muerte en compañía de
quienes amaba.
Sin embargo esto no puede proponerse a todo mundo pues la
misma libertad que pretendemos para nosotros debemos otorgarla a los demás. La
libertad de elegir la propia muerte dado el caso, o de elegir esa misma
prolongación artificial y dolorosa si así fuera. Si algo yo pediría a la vida misma es que se
me dé la oportunidad como a Luis González de Alba o a la Sra. Bauerschmidt de
poder hacer esa elección.
“Entre morir y no morir me decidí por la guitarra”.
Aquí el vínculo a la página del viaje de Norma: https://www.facebook.com/DrivingMissNorma/
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